Kati Horna: “Me hice fotógrafa en París y fotoreportera en España”

KATI HORNA (Hungría, 1912 – México, 2000)

“Creo que al final mis fotos viajarán solas. Sólo soy una obrera del arte”. Kati Horna

Captura de pantalla 2014-05-31 a la(s) 19.00.28   Aunque otros y otras se han llevado la fama, quizá fue la fotógrafa más comprometida con la causa del pueblo español que se enfrentó al golpe de Estado franquista. Kati Horna (1912-2000) nunca buscó colgarse medallas como la más valiente o temeraria durante la Guerra Civil: prefirió retratar a las mujeres, hombres, niños y ancianos que la sufrían y la vida cotidiana tras los frentes de batalla, tan dura o brutal en ocasiones como estos. Una retrospectiva en el museo Jeu de Paume de París muestra 150 obras de esta incansable luchadora, cosmopolita, vanguardista y, como añadido casi frívolo, la novia a la que más quiso el también fotógrafo Robert Capa. La exposición parisina, que intenta condensar los sesenta años de trabajo de Horna, traza el paso zigzaguante por el mundo de una fotógrafa nacida en Hungría como Kati Deutsch, hija de una familia de banqueros pero recelosa de las comodidades y privilegios de un futuro acomodado. Prefirió moverse: a los 19 años viajó a Berlín para conocer al escritor antifascista Bertolt Brecht, cuyo aviso de los peligros del naciente nazismo la llevaron a participar en manifestaciones y protestas callejeras; luego regresó a Budapest, donde, siguiendo los consejos que había recibido del eminente László Moholi-Nagy, profesor de la Bauhaus al que también había frecuentado en Alemania, aprendió los rudimentos de la fotografía como ayudante de József Pécsi. «El insólito cotidiano» En 1932, dado el avance del nazismo en Hungría, escapó a París, donde trabajó haciendo foto fija en películas y firmó sus primeros reportajes para Agence Photo: sendas series sobre mercadillos callejeros y cafés en las que persiguió capturar lo que denominaba «el insólito cotidiano» dando a los objetos tanto valor como a las personas y empleando un agudo sentido del humor, sobre todo en las historietas que firmó a medias con el dibujante surrealista alemán Wolfgang Burger en las que humanizaron a frutas y verduras para hacerlas protagonistas de historias de amor o parábolas políticas. Fue fotógrafa de una de las mejores revistas ácratas, ‘Umbral: Semario de la Nueva Era’ Cada vez más comprometida con los ideales anarquistas, en 1937 viajó a España para retratar la situación de los pueblos colectivizados de Aragón por encargo de la Confederación Nacional del Trabajo, la poderosa central sindical ácrata. En julio del mismo año entró como redactora en la revista Umbral: Semanario de la Nueva Era, una de las mejor diseñadas y con más atención a la fotografía de aquel tiempo, y también colaboró con las publicaciones anarquistas Tierra y Libertad, Tiempos Nuevos y Mujeres Libres. «Una obrera del arte» Horna, que documentó la guerra hasta la evacuación de Teruel y se definía a sí misma como «una obrera del arte», contienen una cualidad humana que coloca a las personas por encima de la situación. Tanto las imágenes de milicianos como las de civiles —entre ellas sus famosas y tiernas «madres combativas» amamantando a niños— buscan el respiro aparentemente imposible de humanidad en medio de la barbarie, que dejó asomar con mayor claridad en los collages salvajes como Navidad en España, 1937, donde los esqueletos expuestos tras el bombardeo de un cementerio van acompañados por el texto: «Cristo se va y dice: ‘desde hoy no seré yo el símbolo del sufrimiento». Una joven con cuerpo de anciana, mágica, inteligentísima, sabia, inagotable Uno de sus compañeros en los avatares de la guerra definió a Horna como «una joven con cuerpo de anciana, intransigente, mágica, inteligentísima, sabia, inagotable, una luchadora». Otro, el fotógrafo Capa, a quien conocía desde la adolescencia, cuando ambos vivían en Budapest y él todavía se llamaba Endre Friedmann —adoptó el nombre de Robert Capa para «americanizarse», solía decir, y «poder ganar dinero»—, le tiró los tejos con la insistencia de todo mujeriego contumaz. Vivieron unos meses de romance, rotos cuando ella conoció al amor de su vida, el pintor andaluz José Horna, también colaborador de Umbral, con el que la fotógrafa formaría pareja tras escapar ambos México en 1939. Máscaras, fetiches y muñecos Al otro lado del Atlántico —a donde la siguió el incansable Capa, que no se daba por vencido hasta que ella le tuvo que desengañar definitivamente—, la incansable Horna se unió a los surrealistas mexicanos, entre ellos la gran Leonora Carrington. Siguió firmando reportajes pero comenzó a escorarse hacia temas menos descriptivos, con abundancia de historias donde manda lo extraordinario mediante la presencia de máscaras, fetiches y muñecos. Estas fotografías visionarias enamoraron a algunos de los creadores más importantes del país durante la década de los años sesenta, desde la española Remedios Varo hasta Alejandro Jodorowsky. Buscar el reconocimiento de esta versátil fotógrafa humanista La retrospectiva de París contribuirá al «reconocimiento internacional de esta versátil y socialmente comprometida fotógrafa humanista», dicen los organizadores, que destacan la «creatividad artística inusual» de Horna, su «contribución al fotoperiodismo» y la inserción de su obra en las vanguardias europeas de la primera mitad de siglo, desde el constructivismo ruso y la escuela Bauhaus, hasta el surrealismo y la nueva objetividad alemana. La exposición se divide en cinco períodos: los inicios en Budapest, Berlín y París entre 1933 y 1937; España y la Guerra Civil; París nuevamente en 1939 y México. En 1979 Horna cedió a España 270 fotos que tomó durante la Guerra Civil. Algunas de ellas pueden verse en un bastante abandonado rincón de la web de los archivos nacionales. Más fructífero es el ensayo Kati Horna y su manera cotidiana de captar la realidad, de Alicia Sánchez Mejorada [PDF].

Publicado en 20Minutos . 

 

 

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‘Amarás América’: un libro con alma (Por Teresa Martín)

Amarás América

En esta entrada podéis leer la presentación de ‘Amarás América’ que realizó en el Centro Cultural Las Claras de la Fundación Cajamurcia la jefa de servicio de Programas de Jóvenes Europeos en el Ayuntamiento de Murcia, Teresa Martín Melgarejo, a la que muchos conocen por el sobrenombre de Matete y que también es una excelente reportera y fotoperiodista (ahí está su proyecto sobre la comunidad musulmana de Murcia y su reciente exposición ‘Mi vecina Taymia’). Por tanto tiempo compartido juntos y en familia, por tantos buenos momentos y por tanta confianza siempre en mí quiero darte las gracias, Matete. Tus palabras me siguen emocionando y me animan a seguir creyendo que aprender viajando es una estupenda forma de pasar esta vida y de estar en el mundo.

Matete fue quien me empujó a salir del cascarón y me presentó a sus amigos americanos. Ella conoció antes que yo a Celina…

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El Festival Internacional de la Imagen rinde homenaje a la fotógrafa Elsa Medina

Magnifica Elsa Medina, fotógrafa mexicana .

Centro de la Imagen

Elsa Medina

En el contexto de la cuarta edición del Festival Internacional de la Imagen (FINI) 2014, que se efectúa del 2 al 9 de mayo en la ciudad de Pachuca, Hidalgo, la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) y su patronato harán un reconocimiento a la destacada fotógrafa mexicana Elsa Medina por medio de una exposición retrospectiva para que los visitantes tengan la oportunidad de conocer su trayectoria y apreciar su obra.

En entrevista con La Jornada, la fotógrafa mencionó: Este reconocimiento a mi trabajo abarca desde 1986 hasta la fecha. La exposición consta de 50 imágenes. Me seleccionaron porque este año el tema del FINI es sobre la infancia y durante mucho tiempo he dado talleres de fotografía a niños, y por mi labor como fotoperiodista.

Durante su carrera Elsa Medina ha capturado imágenes que se han vuelto emblemáticas y forman parte de la historia de la fotografía…

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Reúnen en Nueva York la obra de grandes fotógrafos de América Latina

Centro de la Imagen

urbes mutantes

Maestros de la fotografía latinoamericana como Pedro Meyer, Graciela Iturbide, Lourdes Grobet, Bárbara Brandli, Paolo Gasparini, Alberto Korda, Horacio Coppola y Miguel Ángel Rojas forman parte de la exposición Urbes mutantes: fotografía latinoamericana 1944-2013, que se exhibirá del 16 de mayo al 7 de septiembre en el Centro Internacional de Fotografía de Nueva York.

La muestra refleja la vida nocturna, la cultura popular, los rostros de la pobreza y los movimientos de masas y protestas políticas en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, México, Perú y Venezuela. Se trata de diversas miradas sobre los cambios arquitectónicos, culturales y sociales que vivieron las ciudades latinoamericanas en la segunda mitad del s. XX.

La mayoría de los trabajos fotográficos abarcan de 1950 a 1980. Sin embargo, la curaduría a cargo del francés Alexis Fabry, permite conocer cómo las ciudades del continente americano han sido imaginadas, se explica en el portal de Internet del…

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Mi barrio, Vistabella……

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Lewis Hine, el fotógrafo que quería «corregir lo incorrecto»

  • Concluye el recorrido europeo de la gran antología «Fotografía para el cambio».
  • Fue el primer documentalista en entender su trabajo como instrumento de cambio.
  • Retrató en el primer tercio del siglo XX a niños mendigos, inmigrantes tratados como objetos, personas buscando comida en los cubos de basura…

Una de las grandes antologías fotográficas de 2012 está a punto de ser clausurada en el Nederlands Fotomuseum de Róterdam (Holanda). Se trata de Lewis Hine: Fotograferen voor verandering (Lewis Hine: fotografía para el cambio), que ha permitido al público europeo entrar en contacto con la obra intensa de uno de los primeros fotógrafos sociales, capaz de plantear, durante el primer tercio del siglo XX, una alternativa de compromiso frente al esteticismo de los pioneros de la fotografía.

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El estadounidense Lewis Hine (1874-1940) hizo miles de fotografías sobre la injusticia mientras la mayoría de sus coetáneos se dedicaban a intentar emular a la pintura y mostraban escasísimo o nulo interés por el mundo circundante. En la obra profusa de Hine hay niños mendigos, inmigrantes tratados como objetos por las autoridades, personas buscando comida en los cubos de basura, talleres ilegales donde se empleaba mano de obra infantil, obreros construyendo en condiciones heroicas los rascacielos que simbolizaban el progreso…

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«Quiero mostrar lo que debe ser visto»

«Quiero mostrar lo que debe ser corregido, corregir lo incorrecto. Quiero mostrar lo que debe ser visto», establecía como máximas de trabajo este precursor del documentalismo fotográfico que empezó tomando fotos, entre 1902 y 1904, de los inmigrantes recién llegados a los EE UU que eran interrogados por los agentes migratorios en la Isla Ellis de Nueva York —la gran aduana por la que entraron, entre 1892 y 1954, unos doce millones de viajeros, casi todos europeos, en busca de una vida mejor—.

Las fotos empezaron siendo un material complementario en los estudios de Sociología de Hines Las imágenes, en principio, tenían un objetivo académico: ayudar a Hines en sus estudios de Sociología, pero pronto despertaron la sensibilidad humana y social del fotógrafo, cuando reflexionó sobre la necesidad de difundir los frecuentes abusos que se cometían en las hasta entonces opacas instituciones migratorias e influir en la opinión pública.

El primer fotógrafo de las ONG

Una cosa dio paso a la otra y en 1906 Hine fue contratado como fotógrafo en plantilla de la Fundación Russell Sage, dedicada a la investigación en ciencias sociales (sobre todo en emigración, desempleo y desigualdad), con quienes colaboró como fotógrafo de campo en un estudio pionero llevado en cabo de Pittsburgh. Dos años después inició una década de colaboración con la entidad sin afán de lucro National Child Labor Committee, la organización más activa de los EE UU dedicada a combatir el uso de la mano de obra infantil.  Hine fue el primer reportero en dar cuenta de las condiciones de trabajo de los niños obreros que trabajaban en la ciudad y en el campo.

«Mis fotos son el lado visual de la educación pública»

Empeñado en desarrollar lo que llamaba «el lado visual de la educación pública», la obra del fotógrafo, muy difundida en su tiempo, ha adquirido una gran resonancia posterior. En los EE UU está en marcha el llamado Proyecto Hine, que pretende buscar a los descendientes de los críos esclavos retratados a principios de siglo por el documentalista.

La exposición también muestra las que quizá sean las fotos más conocidas de Hine, la serie sobre los obreros que levantaban, en condiciones extremas que rozaban el heroísmo (mecanismos de seguridad: ninguno), los grandes rascacielos de Nueva York.

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Lewis Hine: Fotograferen voor verandering, integrada por 170 imágenes, la mayoría copias originales realizadas por el fotógrafo, está organizada por el Nederlands Fotomuseum —donde permanece en cartel hasta el 6 de enero—, la Fondation Henri Cartier-Bresson de París y la española Fundación Mapfre, que expuso la muestra en Madrid, aunque limitando el título al nombre del fotógrafo y eliminando el pertinente añadido de Fotografía para el cambio, que los otros coorganizadores sí usaron.

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Mas información sobre LEWIS HINE

http://www.historyplace.com/unitedstates/childlabor/

http://www.spartacus.schoolnet.co.uk/IRhine.htm

http://www.photocollect.com/bios/hine.html

Lewis Hine, en el inicio de la fotografía comprometida

http://documentarystudies.duke.edu/projects/hine

NUEVO DOCUMENTALISMO MEXICANO


Por Mónica Lozano, en CIENOJOS
José Luis Cuevas

 Patricia Mendoza, una de las grandes de la fotografía en México (fundó y dirigió el Centro de la Imagen de Ciudad de México, FotoseptiembreLos Talleres de Coyoacán y el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca) impartió una magnífica conferencia la semana pasada en el marco del Ojo de Pez Photomeeting II, en el Palau de la Virreina (Barcelona), que llevaba por título «Nuevo documentalismo mexicano». Sin papeles y micrófono en mano, porque su vitalidad inmensa le impedía estar sentada, Patricia empezó citando las sabias palabras que Manuel Álvarez BravoDon Manuel, tenía escritas en la pared de su laboratorio: «hay tiempo, hay tiempo…» como aviso a navegantes apresurados.

Luego hizo un rendido homenaje a Nacho López, el pionero que según ella impulsó el trabajo de las siguientes generaciones, un fotorreportero cuyas instalaciones callejeras de los años 50 siguen sorprendiendo por su modernidad, y del origen de este neodocumentalismo, al que vinculó, entre otros acontecimientos, a la aparición de la televisión y al buen hacer de Manuel Becerra Costas al frente del periódico Uno más uno, en el cual dio cabida, en la sección «Vida cotidiana», a muchos de los autores que luego citaría, como hiciera en su momento Brodovitch en Harper’s Bazar.

Nacho López

Definió esta nueva era de la fotografía, que «nace desde una búsqueda esencialmente personal de la confrontación con la realidad», como «la irrupción de la conciencia de cómo se mira lo que se mira», esa ética de la mirada que indaga en cómo miramos lo que nos rodea, algo esencial, y lo trenzó con la necesidad de utilizar la fotografía como una herramienta de construcción de identidad («mirarnos para sabernos»).

«El nuevo documentalismo exige una conciencia sobre cómo es la imagen que estamos llevando al mundo, una enorme responsabilidad porque son esas imágenes las que construyen, a su vez, el mundo en el que vivimos».

Comparó la comida con la fotografía y nos dijo que es esencial reflexionar sobre las imágenes que nos alimentan, eso que tantas veces he dicho yo… Si te alimentas de basura, eres basura. Formuló, de manera magistral, las sístoles sobre las que se articula este nuevo documentalismo, que oscila del romanticismo al naturalismo, de los sujetos a los contextos, de la contrucción de sentido desde el personaje al contexto y del contexto al personaje, del sentir del que mira la realidad al sentir del que mira la imagen. Y nos transmitió con alegría su satisfacción por vivir este momento en el que «verbo e imagen se integran, cuestionando muchas cosas y generando nuevas posibilidades, construyendo un nuevo ámbito de reflexión sobre la realidad».

Terminó su intervención con una breve recopilación de algunos de estos nuevos autores, algunos de los cuales ya conocíamos, como Maya GodedJosé Luis CuevasEunice Adorno (de la que aún podéis visitar su exposición «Mujeres flor» en la Fnac de Murcia) o los hermanos Montiel Klimt (Gerardo y Fernando).

Maya Goded («Tierra de brujas»)
José Luis Cuevas («Nueva era»)
Eunice Adorno («Mujeres flor»)
Gerardo Montiel Klimt («Desierto»)
Fernando Montiel Klimt («Actos de fé»)

Y nos sorprendió con otros como Mauricio Palos (la violencia en contextos de estabilidad), Elsa Medina (alumna de Nacho López, enamorada de la subjetividad cotidiana), Yvonne Venegas (hermana de la famosísima, de cuya necesidad de diferenciarse de ella nace todo su trabajo de análisis de la realidad donde creció, Tijuana), Patricia Aridjis (con sus nanas encarceladas, por ser «lanzaderas» sociales entre dos mundos inaproximables) o Kenia Nárez (cercana a los Klimt e interesada por la violencia escenificada y los cuentos infantiles).

Mauricio Palos («Mi perro Rano»)
Elsa Medina
Yvonne Venegas («Inédito»)
Patricia Aridjis («Las horas negras»)
Kenia Nárez («El conejo está muerto»)

La fotógrafa chilena Paz Errázuriz : “Siempre he buscado que mi trabajo fuera invisible”

«En el panorama de la fotografía chilena, la obra de Paz Errázuriz se caracteriza por la afinada singularidad de su punto de vista. Los retratos que realiza no son el registro de seres marginalizados, sino en términos estrictos, poblaciones acosadas por el fantasma de la fragilización; es decir, personajes que se instalan en el límite de la estructura social».
Justo Pastor Mellado

MANUEL MORALES Madrid.»El País», Junio 2012

Su retrato en blanco y negro de un boxeador sentado y sudoroso ha sido el elegido para el cartel de la edición de este año de PHotoEspaña. Es una de sus fotos que cuelgan en la exposición Aquí estamos, una de las más destacadas del certamen fotográfico y que puede visitarse en el Círculo de Bellas Artes hasta el 22 de julio. La chilena Paz Errázuriz(Santiago de Chile, 1944) ve con orgullo cómo tras cuarenta años de carrera por fin «ha aterrizado» en España su obra, imágenes con el aroma de la fotografía clásica, con una forma de mirar que se asemeja a la de su admirada Cristina García Rodero, a la que ha podido conocer en su breve estancia en Madrid.

Precisamente, de la capital española le llegó hace seis meses una sorpresa: el museo Reina Sofía posee obra suya y la fotógrafa ni lo sabía. «Es extraño. Me llamaron para pedirme información de unas fotos. Yo les dije ‘¿pero qué hacen ahí?’. Creo que todo viene porque durante la dictadura de Pinochet [1973-89] hubo una exposición itinerante en 1987 que se llamaba Chile vive, que incluía fotos mías que no volvieron a mí país. Alguien las donó y ahí quedaron». Lo que sí es conocido es que la Tate Modern londinense tiene una serie de sus trabajos más recientes.

Paz iba para profesora, «pero ya aspiraba a hacer fotografía, que no a ser fotógrafa, eso eran palabras mayores». Por eso empezó por retratar a sus alumnos. «Los chicos son unos modelos extraordinarios porque se olvidan de que tú existes y entonces pasas a ser invisible. Eso es algo que he querido repetir siempre, que mi trabajo sea invisible para mezclarme, ser parte del mobiliario».

De formación autodidacta, comenzó como free lance en la dictadura pinochetista, «un mundo muy complicado y peligroso». «Siempre hubo censura, pero nos las arreglábamos para mandar las fotos afuera, era un lucha vital, con mucho dinamismo». Paz fue en 1981 la propulsora de la Asociación de Fotógrafos Independientes. «Logramos protegernos como sociedad y tener acreditaciones». Esta mujer de pelo largo y aparente fragilidad recuerda aquella etapa: «Éramos jóvenes y valientes, nos tuvimos que formar en la calle».

Foto ‘El ángel blanco’, de la serie ‘Luchadores’ (1987). / PAZ ERRÁZURIZ / VEGAP

En paralelo al reporterismo, Errázuriz realizó un trabajo nada periodístico, el seguimiento fotográfico de una gallina,Amalia. La razón era tan pedestre como la implantación del toque de queda. «Había que encerrarse temprano y yo tenía a mis chicos pequeñitos. Por eso hice en 1975 —ríe— el diario de esta mascota».

Después del ave, llegaron lo que Errázuriz llama «ensayos, investigaciones más allá de la foto concreta», trabajos de meses de convivencia con los habitantes de un circo o con travestis prostitutos, «que sufrieron muchísima represión y padecieron los tiempos del sida cuando no se conocía la enfermedad». Algunas de estas instantáneas están en Aquí estamos y muestran a personas que ella se niega a que sean calificadas de sórdidas. Entonces aflora su cariño por sus retratados: «Son seres que aspiran a tener ideales en una sociedad que los puso en esa situación y si tú lo quieres ver, encontrarás belleza en ellos». También respeto: «Lo mío no son irrupciones, ni invasiones, no son fotos por casualidad. Y cuando alguien me ha dicho, ‘no quiero salir’, pues no sale».

Los boxeadores

De estas series de distintos colectivos fue especialmente complicada la de los boxeadores, tipos duros que miran a la cámara como desinflados tras el combate. «Por ser mujer no me dejaban entrar en los gimnasios pero los boxeadores eran solidarios conmigo. Eso sí, veían que mis fotos no eran de sus triunfos y eso les desilusionaba. Además esperaban verse en color. Pero ahora, cuando las tienen en sus manos, les gustan y están orgullosos de salir así, quizá porque descubrieron algo de sí mismos que no esperaban». De esa forma de retratar dijo la escritora mexicana Elena Poniatowska que consiste en «atrapar la vida en toda su crudeza y crueldad».

«Hago algunas cosas en color y digital. Es complicado hallar material para los revelados»

Otro de esos trabajos «siempre autofinanciados» del que guarda especial cariño son los dos años que pasó con los internos de un hospital para dementes en Putaendo. «La mayor satisfacción que tuve fue que una vez me encontré con el exdirector del centro y me dijo que a los doctores esas imágenes les habían abierto una puerta para mirar a sus pacientes de otra manera, con más dignidad».

En su carrera ha sido recurrente un sambenito al hablar de su obra: «La recepción de mis fotos siempre ha sido una desilusión para todos. Eran miradas con horror. Por eso mi fotografía no ha tenido éxito, no es comercial, tiene fama de ‘qué depresión más grande tener una foto tuya’. Pero ya estoy acostumbrada, me resbala». Para ella, mostrar a esos seres apartados «ha sido una especie de castigo». «Las cosas que han dicho de mis trabajos han sido por mirar donde no se debe». Quizá por eso, otro raro, su compatriota y último premio Cervantes, Nicanor Parra, le dedicó uno de sus célebres antipoemas.

Errázuriz no solo ha fotografiado a personas. En Aquí estamos están algunas de sus imágenes de la serie Memento mori (2004). «Fotos de las fotos que los familiares ponen de sus difuntos en los cementerios». Un proyecto que se planteó quizás porque «cada vez es más difícil fotografiar a los vivos». Como arduo le resulta seguir con el blanco y negro. «Ahora hago algunas cosas en color y con digital. Es complicado encontrar material para los revelados».

Ese blanco y negro tiene similitudes con el de Cristina García Rodero. «Es curioso porque hace muchos años un curador norteamericano del museo de Seattle conoció mi trabajo. Y montó una exposición conmigo y con fotos de Cristina porque los veía parecidos». Paz ha podido cumplir el deseo de conocer a la artista ciudadrealeña que tanto admira y que imprime a su obra «un algo poético». «Fue un encuentro mágico, ella fue muy generosa. Yo estaba llena de complejos, no sabía qué decir. Entonces me comentó que mi trabajo era muy bueno y eso me alegró mucho».

Lo último de Paz es la serie La luz que me ciega, sobre un grupo de campesinos de Chile que viven en un lugar apartado y sufren de acromatopsia, enfermedad que les hace ver solo en blanco y negro. Una obra simbólica para esta fotógrafa cada vez más abocada a mirar en color y que, como reconoce, acaba volviendo a sus queridos marginados para «hacer visibles los lugares oscuros que la sociedad no puede o no se atreve a mirar».

http://cultura.elpais.com/cultura/2012/06/21/actualidad/1340299454_937602.htm

“La Comunidad Islámica de la Región de Murcia, una aproximación en imágenes”

El objetivo de este proyecto es facilitar el conocimiento de las actividades de la Comunidad Islámica en la Región de Murcia al resto de ciudadanos, poner en valor su cultura desde el respeto a las diferencias y creencias y dar visibilidad a sus lideres, sus comunidades y sus actividades.

En la Región de Murcia la concepción cultural y social que se tiene hacia el Islam «no ha variado», por lo que es necesario trabajar por normalizar la situación del colectivo musulmán en el país y por mejorar su nivel de integración, y por ello un primer paso es dar visibilidad a esta comunidad.

En esta línea, hay que destacar que uno de los «principales» problemas de la sociedad española es que mantiene «una percepción equivocada del Islam», pues lo sigue considerando como un fenómeno migratorio y le otorga la misma estructura, cuando la realidad cuantitativa y cualitativa de sus miembros ha variado mucho con el paso de los años. Tanto es así que, en algunos casos, ya puede hablarse de musulmanes «de segunda o tercera generación», que son ciudadanos españoles.

El porcentaje de musulmanes en nuestro país es difícil de cuantificar porque, aunque la cifra apunta al millón, existe un 18 por ciento de los llamados musulmanes de segunda generación, nacidos en España, pero que no es creyente.

En la Región de Murcia viven, trabajan y estudian cerca de 90.000 ciudadanos de religión islámica, algunos de nacionalidad española , otros de distintas nacionalidades y procedencias.

La Comunidad Islámica de Murcia, constituye el segundo grupo religioso en cuanto número de fieles en nuestra Región, no obstante, y pese a su importancia, tiene serias dificultades para su práctica religiosa; abrir una mezquita provoca rechazo social en el entorno donde se ubica, los niños musulmanes no reciben clases de religión islámica en las escuelas, y sus numerosas actividades son, normalmente, puestas en entredicho por muchos ciudadanos, seguramente porque «aquello que se desconoce provoca rechazo».

Los cerca de 100.000 ciudadanos musulmanes que residen en la Región de Murcia, forman una comunidad variada, plural, con diversos grados de integración, que mantienen sus tradiciones religiosas y culturales. Los más jóvenes de esta comunidad, han nacido aquí, hablan español como idioma propio y están educándose en los valores democráticos. Unos han llegado aquí como emigrantes, otros nacieron aquí y tienen DNI español, y otros son autóctonos, bautizados como católicos pero convertidos al Islam. Ejercen profesiones diversas, hay profesores, médicos, enfermeras, farmacéuticos, abogados, periodistas, trabajadores sociales, albañiles, cocineras, estudiantes, campesinos, enlosadores, dependientes, comerciantes…

Los musulmanes conversos tienen un peso especifico en algunas asociaciones, aumentando las conversiones escalonadamente en los últimos tiempos.

Las 55 mezquitas u oratorios que existen en la región, no solamente son lugares de culto y rezo, también son de aprendizaje del árabe y del español, lugar de conferencias y encuentros, centros culturales y festivos.

En la Ciudad de Murcia existen dos grandes mezquitas, la del Barrio del Carmen y la del Barrio de San Andrés, las dos grandes zonas de residencia de población musulmana de la ciudad.

Las mezquitas son bajos comerciales generalmente y están consideradas como Comunidades Islámicas,.

La Región de Murcia es la tercera Comunidad de España por número de centros de culto musulmán, según el Observatorio para la Pluralidad Religiosa.

Como fiel reflejo de la sociedad actual, en los cementerios ya conviven otras religiones. En el camposanto del Municipio de Murcia la comunidad islámica también entierra a sus fallecidos. El Ayuntamiento ha creado recientemente 100 nuevas fosas para los creyentes de esta religión empadronados en la ciudad.

Se suman a las 110 que ya se construyeron en 1997, pero que se ocuparon, sobre todo, por fallecidos de las provincias limítrofes en el único cementerio musulmán de la Comunidad de Murcia, que se ubica junto a la mezquita del camposanto de Espinardo.

Por otro lado, y aunque el acuerdo del 92 garantiza el derecho de los presos, militares y enfermos musulmanes ingresados en centros sanitarios a recibir asistencia religiosa proporcionada por los imanes o personas designadas por las comunidades islámicas, en la actualidad sólo se contabilizan once imanes en las cárceles españolas (uno en Murcia) gracias a un acuerdo suscrito con el Estado en 2007.

Dos asociaciones representan a la mayoría de los musulmanes, FIRM (Federación Islámica de la Región de Murcia) y UCIDE (Unión de Comunidades Islámicas de España).

Son frecuentes los encuentros, las reuniones, los cursos de formación que se celebran por toda la región y en los centros islámicos. En todos ellos existe una preocupación latente, la participación social en la sociedad democrática española.

No todos los musulmanes de Murcia están asociados, así como no todos son religiosos practicantes. Habrá un 20% aproximadamente que se declara laico.

Las asociaciones representan a las Comunidades Islámicas, no a la población musulmana en su totalidad.

Murcia es una de las autonomías que aún no ha contratado a profesor alguno para impartir religión islámica en las escuelas, pese a las reiteradas demandas de la comunidad islámica en la Región, que agrupa a 10.237 alumnos musulmanes.Pero no es la única, ya que, de hecho, sólo seis de las 17 autonomías españolas, a saber, Andalucía (con 16 profesores), Aragón (3), Canarias (1), Ceuta (14), Melilla (11) y País Vasco (1), en las que la competencia es del Estado, incluyen en la etapa de Educación Primaria clases de religión islámica. Al respecto, un informe de la Comisión Islámica destaca la contradicción de que las regiones con más número de alumnos musulmanes que son, en este orden, Cataluña, Madrid y Murcia, no sólo no ofrecen los medios para impartir religión islámica, sino que, además, «no cuentan con contratación autonómica ni autorización de impartición de esta asignatura si contratasen a los profesores de religión los mismos padres de alumnos».Eso supone que, a día de hoy, el 90 por ciento del alumnado musulmán en España carece de clases de ´su´ religión y que el 90% del profesorado de religión islámica habilitado para dar clases según el acuerdo de 1992 se encuentra desempleado

Los jóvenes musulmanes hablan como idioma primario el español, acudiendo los niños y adolescentes mayoritariamente, a las escuelas de árabe de los centros islámicos que también se abren para personas de religión no musulmana. Estos jóvenes aprenderán así tres idiomas, el español como propio, el árabe y el ingles obligatorio en la educación española.

Acceden a Módulos profesionales mayoritariamente y a la Universidad, donde existe un número significativo de estudiantes musulmanes en los distintos grados y masteres.

Son estudiantes muy activos y algunos ostentan cargos de representación estudiantil o de Asociaciones de Jóvenes Profesionales.

La Comunidad musulmana mantiene un comercio variado y acorde con sus tradiciones religiosas, en la ciudad de Murcia se sitúa mayoritariamente en el Barrio de San Andrés y en el Barrio del Carmen, carnicerías halal, peluquerías, bazares, locutorios, cafeterías, restaurantes, alguna discoteca situada en el Polígono de San Ginés, dan cuenta de la vitalidad de esta comunidad.

Existe un matadero de carne Halal en Mercamurcia.

Cafeterías y teterías conviven con bares y restaurantes.

La sanidad pública cuenta con un único mediador cultural, en el Hospital Reina Sofía, que atiende a todas las personas de nacionalidad extranjera con dificultades para expresarse en el idioma español, su labor es muy importante ya que no consiste en la mera traducción si no en la interpretación de usos y modos de las distintas culturas, cuestión que facilita la atención sanitaria a los médicos y enfermeras que atienden a estos pacientes.

Cuando inicié esta proyecto partía de la voluntad de utilizar la imagen para mostrar otras realidades que normalmente no salen en las portadas de los periódicos, que se desconocen y que, al no ser visibles, públicamente parece que no existen.

Es necesario entender este trabajo no como una investigación sobre población emigrante, si no como una investigación sobre una comunidad de ciudadanos que tienen en común la religión musulmana en su concepción mas amplia, como hecho religioso y como hecho cultural y social, es necesario para ello establecer una diferencia nítida entre los conceptos de nacionalidad y religión en una sociedad como la española en la que la «homogeneización» ha desaparecido.

La cifra actual de ciudadanos españoles que procesan el Islam supera el medio millón de personas.

Por un lado, son más de un millón los musulmanes y casi 800 sus comunidades religiosas, si bien es cierto que este crecimiento no parece que vaya a mantener su progresión. Por otro lado, no son inmigrantes. Hablamos de muchos ciudadanos nacionalizados, de sus hijos que son españoles y de la comunidad conversa.

La Web Islam en Murcia, con la cual colaboro asiduamente, cumple en ese sentido un papel fundamental, y su impulsor y director ha sido la persona que ha facilitado el desarrollo de este reportaje. Paulino Ros, me ha abierto puertas, presentado personas y alentado en todo momento, sin él todo hubiera sido mas difícil.

El proyecto ha tratado de dar una visión general de la comunidad, y es por ello que se ha estructurado en aquellos apartados que dan una visión clara de los usos sociales y comunitarios de los ciudadanos musulmanes, también se ha pretendido dar a conocer a las distintas y variadas personalidades que de alguna manera representan la comunidad musulmana en la región:

Las mezquitas y el hecho religioso, las escuelas de árabe y las escuelas de español para mujeres, las tiendas y comercios, la alimentación, las actividades de participación social y las personas mas representativas de los distintos colectivos que la componen.

No he tenido dificultades para realizar esta serie de imágenes, al contrario, excepto momentos y personas concretas, la cámara y yo nos hemos podido mover en libertad y sin cortapisas, tanto en el interior de las mezquitas como en centros culturales y en las distintas asociaciones.

La conversación, la charla tranquila, compartir un té o una comida ha sido mas importante que la toma de fotografías, eso viene después o no viene, depende del momento.

Nunca me plantee que por el hecho de ser mujer iba a encontrar impedimentos para realizar las fotos, y tampoco la Comunidad Islámica me los planteó. Nadie me ha pedido que me cubra la cabeza para entrar, alguien me dijo ” tu transmites respeto a nuestra cultura y a nuestra religión, nosotros te respetamos tal y como eres”

Detrás de cada una de las fotografías hay una historia, hay una conversación, una mirada, incluso unas risas y a veces ha surgido una buena amistad.

En esta serie encontrareis a los lideres de la Comunidad Islámica, Riay Tatary, Mounir Benjelloun, Mbarek Demmouche, Abderrahim Nachit,, Mohamed Reda el-Qady,Ana GarcíaYepes (presidenta de la Asociación Al Baraka de Lorca, a las alumnas de español de la Universidad Popular de Lorca, a los niños, niñas y mujeres que participaron en el encuentro que la asociación ONDA organizó en el Centro Cultural de Los Dolores ( Cartagena), a fieles de las mezquitas de San Pedro del Pinatar ,Los Dolores ( Cartagena), Torre Pacheco y Cieza, a los estudiantes musulmanes de la Universidad de Murcia, participativos y comprometidos con la sociedad, a los alumnos de las Escuelas de Árabe de los Centros Islámicos de Murcia y Torre Pacheco, al mediador cultural del Hospital Reina Sofía, a la presidenta nacional de la Asociación Crecer, a trabajadores y trabajadoras musulmanes, sus comercios, sus costumbres, nuestros vecinos ….variado, diverso, plural como la sociedad donde vivimos.

Me he encontrado con toda clase de personas, como en cualquier comunidad, pero son los niños quienes me han mirado mas libremente y con ojos confiados a la cámara y son ellos los que merecen no encontrar prejuicios y desconfianza en sus compañeros y vecinos. Es por ello que este proyecto pretende apostar por su presente y por su futuro en libertad y respeto.

La indignación de los ciudadanos toma las calles de Murcia.12M

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LA PROTESTA PACIFICA DEL 15M ACABA EN DESALOJO POR UNA GRAN FUERZA POLICIAL

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Ojalá el 15-M

Tenemos que protegernos contra la degradación de la convivencia, contra la violencia verbal y la xenofobia y acostumbrarnos a pedir explicaciones. Ojalá el 15-M nos ayude a salir de esta atmósfera de vergüenza.

¡Digamos la verdad y que se avergüence el demonio!, decían los clásicos. Que se avergüence el demonio: quienes gestionaron irresponsablemente bancos y cajas mientras se autoconcedían retribuciones fuera de todo sentido; quienes se han negado, y se niegan, a someterse a normas de transparencia y quienes se aprovechan de esa opacidad para ocultar sus marrullerías; quienes han sido incapaces de cumplir con sus obligaciones públicas, no ya solo por corrupción, sino también por pura banalidad.

Los ciudadanos están abochornados por decisiones que les han sido ajenas, pero cuyas consecuencias pagarán. Quizás el 15-M, si logra revitalizarse, consiga que nos sacudamos esa paralizante angustia y que avivemos nuestra exigencia de responsabilidades. Ojalá el impulso de los jóvenes nos coloque ante nuestras obligaciones ciudadanas.

Vivimos en una atmósfera de vergüenza, que acarrea una dolorosa sensación de culpa, mientras que los causantes directos de esta situación pretenden que nadie les pida responsabilidades, penales en los casos en que sea procedente, o políticas y cívicas, en los que no. ¿Creen Miguel Blesa o José Luis Olivas que lo pasado, pasado está? No debería ser así. ¿Cree el gobernador del Banco de España que puede reclamar indulgencia? ¿Confía la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en que puede escabullirse de la quiebra de la Caja de Ahorros, donde el PP colocó a decenas de amigos, familiares y militantes, y que todo pasará, sin consecuencias para ella? ¿Se olvidará quiénes fueron los consejeros que representaron al PSOE madrileño y a los sindicatos y que callaron por incompetencia, interés o amiguismo? Todos sus nombres deberían desaparecer para siempre de cualquier lista o cargo político.

Es imposible soportar a un presidente del Supremo sospechoso de endilgar gastos personales al erario público

En este país han pasado demasiadas cosas como para continuar paralizados. Digamos en público la verdad: es imposible soportar a un presidente del Tribunal Supremo, Carlos Dívar, sospechoso de endilgar gastos personales al erario público y que llama “miseria” a 6.000 euros, cuando la justicia que él administra puede castigar con una pena de prisión de hasta 18 meses a quien cometa un hurto de más de 400. Difícil aguantar un Consejo General del Poder Judicial, cuyos vocales acuden a su puesto de trabajo tres días a la semana, que actúa con tanta prepotencia que nombra magistrados que no reúnen los requisitos (como ocurrió en la Sala Civil del Supremo) y que se niega a someterse al principio de transparencia que debería ser el primero en impulsar ¿Cómo no se exigen a sí mismos algo más de ejemplaridad? ¿A qué viene tanta soberbia?

 

 

¿Por qué y cómo surgió el 15-M? por Vicenç Navarro

15may 2012

Estamos hoy viendo en España el ataque (y no hay otra manera de definirlo) más frontal al bienestar de las clases populares desde el final de la dictadura fascista (sí, el término científico para definir aquella dictadura no es franquismo, sino fascismo) en el año 1978. Aquel final ocurrió mediante una transición (que no fue modélica) de una dictadura a una democracia sumamente limitada e insuficiente, resultado del enorme dominio que las fuerzas ultra-conservadoras continuaron teniendo sobre los aparatos del Estado. Las movilizaciones del mundo del trabajo (desde 1974 a 1976, España tuvo las movilizaciones y huelgas políticas más numerosas y extensas existentes en Europa) forzaron el fin de aquella horrible dictadura, de manera que, aún cuando el dictador murió en la cama, la dictadura terminó en la calle, con la agitación social que la protesta obrera determinó. Ahora bien, las fuerzas democráticas, y muy en especial, los dirigentes de los partidos de izquierda, acababan de salir de la cárcel o habían llegado recientemente del exilio y no pudieron neutralizar, y todavía menos debilitar, las fuerzas ultra-conservadoras que controlaban el Estado. La permanencia de la Monarquía, regida por un Rey nombrado a dedo por el dictador, era el símbolo de la desigualdad en la correlación de fuerzas en aquel momento.

Las consecuencias de este dominio ultra-conservador sobre el Estado y sobre la mayoría de las instituciones mediáticas y políticas del país son muchas. Como ejemplos podemos citar: una ley electoral escasamente proporcional, que discrimina a las izquierdas (y muy en especial al partido que lideró la resistencia antifascista); la ausencia de medios radiotelevisivos o rotativos de izquierda; y el enorme subdesarrollo social de España (que durante todos estos años ha continuado teniendo el gasto público social per cápita -que financia su escasamente desarrollado Estado del Bienestar- más bajo de la Unión Europea de los Quince (UE-15) (el grupo de países de semejante nivel de desarrollo económico al nuestro)).

Otra consecuencia de este dominio ultra-conservador del Estado español ha sido la enorme regresividad de la política fiscal, que explica, junto con el enorme fraude fiscal, los escasos ingresos al Estado. Tal realidad, fácilmente documentable (los ingresos al Estado representan sólo el 32% del PIB, el mas bajo de la UE-15) niega las tesis neoliberales promovidas por las voces próximas al capital financiero y a la gran patronal, como Fedea (fundación financiada por la banca y algunas de las mayores empresas del país, que se benefician extensamente de la existencia de paraísos fiscales que les permiten evitar el pago de tributos al Estado) de que nos estamos gastando en España más de lo que podemos. La validez de tal tesis queda fácilmente falseada con el siguiente dato. España no es pobre. Su PIB es el 92% del promedio de los países de la UE-15. En cambio, su gasto público social per cápita no es el 92% del promedio del gasto público social per capita de la UE-15, sino sólo el 72%, lo cual quiere decir que España se gasta 60.000 millones de euros menos de los que se deberían gastar por su nivel de riqueza.

Es cierto que durante el periodo democrático iniciado en 1978 ha habido cambios y mejoras, sobre todo en los periodos de gobiernos PSOE, cambios que han permitido reducir el enorme déficit de gasto público social. Pero debido al gran retraso que dejó la dictadura y también a la excesiva moderación de los gobiernos PSOE, el Estado del Bienestar ha continuado a la cola de la Europa Social. Y los enormes recortes que está imponiendo el gobierno del Partido Popular están aumentando todavía más este déficit social. Y ello es resultado de unas políticas públicas de austeridad que, en su objetivo central de debilitar al mundo del trabajo, están creando una recesión que para amplios sectores de la población alcanza niveles de Gran Depresión.

La rebelión de los jóvenes

Entre estos sectores que viven una Gran Depresión están los jóvenes. Hoy sólo uno de cada dos jóvenes encuentra trabajo. Y según las proyecciones de las agencias que gozan de mayor credibilidad, tal situación continuará durante al menos diez años, una situación intolerable. Y ello es resultado de decisiones políticas que se han ido tomando durante todos estos años, tanto en España como en Bruselas y en Frankfurt y que, con la complicidad de los medios, se han presentado como las únicas posibles. Los datos, sin embargo, muestran que por cada medida de austeridad había una política expansiva de gasto público posible (se hubieran conseguido más fondos revirtiendo la bajada de impuestos de sucesiones -2.500 millones de euros- que congelando las pensiones -1.500 millones de euros-).

No es de extrañar que existan protestas populares en las que los jóvenes –a los que erróneamente se les suponía que “pasaban de todo”- protagonicen las movilizaciones en contra de tales políticas y los establishments financieros, económicos, políticos y mediáticos que las imponen. El 15-M es un movimiento que surge como respuesta a tal crisis financiera, económica y política que ha causado la mayor pérdida de legitimidad de tales establishments. Y tanto en sus objetivos, tales como democratizar la sociedad (y la extensión de los derechos políticos, civiles y democráticos de los ciudadanos que ello conllevaría), como en su táctica (con manifestaciones y acampadas no violentas) ha despertado gran simpatía y apoyo popular, del cual deriva su poder.

Esta demanda de mayor democracia entra en conflicto con la democracia tan limitada que existe en España, consecuencia de la transición inmodélica referida anteriormente. Hoy, exigir democracia es subversivo del orden imperante en España. Exigir que cada ciudadano tenga la misma capacidad de incidencia en la gobernanza del país es revolucionario, pues terminaría con el dominio de las instituciones políticas por parte de las fuerzas conservadoras en el país. Exigir que exista una pluralidad en los medios de información es terminar con el monopolio de clase existente en los medios en España. Exigir que todo cargo representativo sea elegido es terminar con la Monarquía, que es el eje del aparato del Estado todavía controlado por las fuerzas conservadoras. Exigir que existan formas de participación directa (como referéndums a nivel de todo el Estado) es terminar con el control por las élites partidistas del sistema democrático. Exigir que los partidos se democraticen es terminar con el control por parte de los grupos dirigentes de tales instrumentos. Exigir que la economía esté al servicio de las clases populares y no al servicio del 1% de la población que controla las finanzas y grandes empresas es también profundamente subversivo en España. Estas demandas, como los adjetivan los portavoces del establishment, son “extremistas”, “populistas” o “demagógicas”, adjetivos utilizados por las estructuras de poder para marginar las voces críticas auténticamente democráticas que quieren desarrollar la democracia todavía extraordinariamente limitada en España.

Predeciblemente, la respuesta del establishment a tales peticiones ha sido la represión. Véase lo ocurrido el 1º de Mayo en las manifestaciones organizadas, entre otros, por el 15-M. Yo asistí por la mañana a la excelente marcha organizada por los sindicatos (100.000 personas) y por la tarde a la del 15-M (40.000 personas). Lo que ocurrió en esta última me recordó lo que ocurría en los años cincuenta. A los jóvenes, por ser jóvenes, se les detenía y se les registraba. Era el intento de identificar –como lo hizo el reportaje de La Vanguardia- a los jóvenes como terroristas. Era la criminalización de la juventud. El peligro de instalar de nuevo las prácticas represivas que vimos durante la dictadura existe hoy en España.

Es inaguantable que cuando se les pide a los ciudadanos sudor y lágrimas, el Gobierno (a quien corresponde la iniciativa) y la oposición sigan jugando con las instituciones y que, con una actitud inane, abandonen la renovación de los magistrados que deberían haber cesado ya en el Tribunal Constitucional y en otros organismos estatales. O que el Gobierno intente controlar informativamente RTVE, cuando lo que necesitamos es una televisión estatal que, en momentos de incertidumbre y peligro, nos proporcione información fidedigna.

Tenemos que protegernos, como sea, contra la degradación de la convivencia, contra la violencia verbal y la xenofobia y acostumbrarnos a pedir explicaciones. ¿Qué datos apoyan lo que está usted diciendo? ¿Con qué argumentos defiende su opinión? Como explican Martín Alonso y María Pardo en Una ética para el debate (Cuadernos Baseak), el déficit conceptual con que se expresan los personajes públicos es atroz. Hay que enseñar en las escuelas, explican, que nada ni nadie goza de inmunidad frente a la crítica y que quien participa en un debate público adquiere la responsabilidad de estar debidamente informado sobre lo que discute; que la crítica debe referirse a los hechos y no a las personas, y que estas son solo objeto de censura cuando son responsables de las acciones que se debaten. Que no se debe tratar a quien defiende una posición contraria como a un enemigo, pero que no todas las opiniones son respetables. Ojalá el 15-M nos ayude a salir de esta atmósfera de vergüenza.

solg@elpais.es