Fotógrafos de México D.F. : Número especial de Nuestra Mirada sobre el DF
Mexico DF, por Pablo Corral Vega, Editor Nuestra Mirada
Me fui del DF a los seis meses porque me sentí sobrepasado por el exceso, agobiado por el interminable asalto de toda clase de estímulos. En esas noches en vela, recordando el nombre casi mítico de las estaciones de metro, escribí este poema:
Es imposible dormir/en los corredores alados/de México-Tenochitlan…/Nos invaden/ríos eléctricos/de implacable metal./Retumba el tambor/del último guerrero/aferrado a su galope/subterráneo./Hay dardos y plegarias/que se conjuran ante/la Barranca del Muerto./Y saltos de agua,/canales encadenados,/cauces impertinentes/que se desbordan/cubriendo al Zócalo/con un manto/de sangre invisible.
El DF es una gran ciudad, sí, una de las más cosmopolitas del mundo. Pero además, es una amalgama de pequeños pueblos que han sido devorados por la urbe.
Cuando decidimos hacer un número especial de Nuestra Mirada sobre el DF, sabíamos que solo quienes la han vivido pueden ofrecernos pistas certeras para acercarnos a su misterio. Cada habitante del DF se aferra a su propia parcela -a su remedo de un pueblo asible y comprensible- a su barrio, a sus amigos, a ese espacio cercano y familiar que le devuelve la humanidad.
Partimos de dos extraordinarios ensayos fotográficos en blanco y negro sobre el DF, de dos respetadísimos artistas:Yolanda Andrade y Francisco Mata. Son dos historias que dialogan y se complementan. En el trabajo de Francisco está el resurgimiento kitsch de lo prehispánico, el exceso y el desafuero de lo nuevo, y el brutal choque de varias culturas contrapuestas. Yolanda también fotografía la calle, pero su mirada está cargada de ternura. En estos dos ensayos se intuye la complejidad de una ciudad mestiza que esconde potentes corrientes subterráneas.
Rodrigo Moya, uno de los grandes fotógrafos históricos, nos ofrece una entrevista cálida y lúcida y nos muestra el DF de los años cincuenta y sesenta, esa ciudad que inspiraba a grandes artistas y en la que ya se avisoraban los problemas del presente. También está la deliciosa serie de Lourdes Grobet sobre la lucha libre. De su mano entramos al hogar de esos luchadores rudos y orgullosos, verdaderas estrellas que habitan en el olimpo de millones de aficionados. Continuando con la cultura popular, una de las expresiones más poderosas de México es sin duda la del cine. Eniac Martinez, uno de los fotógrafos más finos y sofisticados, nos muestra una serie de imágenes en las que la ficción cinematográfica y su parafernalia se convierten en un personaje más de la gran ciudad.
El periodismo, la foto documental, no bastan para relatar la experiencia de quien habita en el DF. Por eso le pedimos aMario Bellatin, uno de los escritores experimentales más importantes de habla hispana, que escriba un texto literario muy personal, inspirado en las fotografías de Janet Jarman, una estupenda fotoperiodista norteamericana que reside en México. De esta colaboración salió un artículo inquietante, angustioso, que nos introduce en el oscuro laberinto que es la ciudad y no nos ofrece otra salida que no sea la muerte del propio narrador.
Sería imposible visitar el DF sin reflexionar sobre la particular relación de los mexicanos con la muerte. Buscamos dos enfoques muy contemporáneos. El primero, sobre la Santa Muerte -esa figura sombría, madre protectora de los violentos, tan alejada del espíritu lúdico y gozoso de la fiesta de difuntos-. Fue realizado por el colectivo Monda Photo, uno de los más respetados de América Latina, y está acompañado por una estupenda crónica de Laura Emilia Pacheco. La segunda mirada es la de Daniela Edburg, una joven artista que pidió a sus amigas que representen una versión pop de su propia muerte, producto del exceso consumista y ataviadas a la última moda.
Una ciudad tan monumental esconde una serie de historias límite. Escogimos el trabajo de Federico Gama sobre las pandillas de cholos, muchachos cuya identidad está dividida entre la de sus ancestros mexicanos y la de sus pares que encontraron otra vida en los Estados Unidos. También decidimos publicar dos ensayos sobre la mujer en la periferia de la sociedad. Está la serie de Patricia Aridjis sobre la cárcel femenina, un clásico tema de la fotografía documental hecho con una enorme empatía. Y está el trabajo íntimo y profundo de Maya Goded sobre mujeres sujetas a múltiples condicionamientos sociales y culturales, entre las que se incluyen las sexo-servidoras de un tradicional barrio del DF.
La clase media alta es la gran ausente en la fotografía documental mexicana. Por esa razón decidimos presentar el ensayo personalísimo del fotógrafo Dante Busquets sobre su propia vida y la de sus amigos, donde se ve el vacío, el aburrimiento, la desazón, las búsquedas, pero también la ternura.
En muchas de estas series hemos estado tan cerca que hemos sido incapaces de mirar la ciudad máquina, la ciudad objeto, la ciudad monstruo que funciona en contra de todas las probabilidades. Decidimos publicar el trabajo de Pablo López porque nos ofrece precisamente esa distancia crítica sobre el crecimiento urbano, nos muestra unos paisajes desoladores invadidos por el cemento. En el otro extremo está la búsqueda de Ernesto Ramírez de los desechos de la urbe, aquello que la ciudad descarta y los arqueólogos del futuro seguramente usarán para interpretarla. Y no podía faltar un artículo más técnico de Raúl Tortolero y Janet Jarman sobre el tema ambiental más urgente que aqueja a esta mega ciudad: el agua.
Este número de la revista Nuestra Mirada fue posible gracias al trabajo de un estupendo equipo repartido por toda América, y al apoyo logístico y financiero del Centro Knight para los Medios Internacionales de la Universidad de Miami
Esperamos que esta serie de artículos sobre el DF despierten en usted, amable lector, nuevas preguntas y curiosidades.
Pablo Corral Vega
Editor Nuestra Mirada
© Pablo Corral Vega
© fotografías, los fotógrafos/ © textos, los escritores.
Con el auspicio del Knight Center for International Media
Con la asistencia de Wangopolo Studio
Nuestra Mirada, Revista Iberoamericana de Fotografía 2011