#FotoTips Reglas de Oro del Buen Fotografo Parte II (via FotoTips)
Muy buen blog, lo recomiendo.
via FotoTips
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Muy buen blog, lo recomiendo.
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Un articulo imprescindible de Cristina Fernandez -Pereda, colaboradora de Periodismo Humano y del blog del diario El País USA Español, dedicado a la comunidad hispana en Estados Unidos.
Lo encontraís en su Blog Onewayoranother
La red cada vez ofrece más herramientas para crear, publicar y compartir contenido. Muchos lectores de medios online ya las utilizan para sus propios blogs y páginas o para compartir lo que más les gusta de la red. Las herramientas también están disponibles para los periodistas. A continuación comparto una colección de las que considero más efectivas tanto por su sencillez como por la oportunidad que ofrecen de compartir después el material.
¡Cualquier sugerencia será bienvenida y añadida!
Imágenes
Vídeos
Audio
Plataformas de blogs y microblogging:
Twitter y aplicaciones:
Facebook y aplicaciones:
Otras redes:
Streaming de video y coberturas:
* Seattle Times, Google Wave, Dipity y el Pulitzer: El Seattle Times se atreve con Google Wave.
http://onewayoranother.net/blog/2010/04/02/ventajas-y-desafios-del-periodismo-visual-en-internet/
Una entrevista de Nuria Gras, en http://www.quesabesde.com/noticias..
![]() Morenatti (1969) se ha convertido en uno de los fotoperiodistas españoles con mayor proyección internacional. |
Dicen de ti que eres un fotógrafo comprometido. ¿Cómo te definirías a ti mismo?
No sabría cómo definirme, pero creo que quizás ese compromiso al que te refieres podría estar basado en la responsabilidad que siento cada día al salir con mis cámaras a realizar mi trabajo como fotoperiodista. Me siento francamente un ser privilegiado haciendo lo que hago
Pienso que es vital no alterar las realidades que nos toca fotografiar. El fotógrafo tiene que estar ahí, pero nadie debería percibirlo. «Alcanzar la invisibilidad» es un ejercicio que me impongo diariamente, y para eso creo que hacen falta altas dosis de perseverancia.¿Cuáles son los valores personales que rigen tu forma de trabajar?
¿Cómo has conseguido entroncar tu forma de abordar el fotoperiodismo con las pautas de una agencia de la envergadura de Associated Press (AP)?
Con un poco de suerte, creo. Al principio, pasar de EFE a AP fue como un gran mundo. Cambiar el español por el inglés fue una pesadilla, y la disciplina de las normas de AP resultó todo un ejercicio, pero una vez normalizadas estas dinámicas, todo ha sido fácil.
Cuando estás haciendo tu trabajo en un escenario violento donde corres peligro, ¿qué pensamientos acuden a tu mente?
En AP nos actualizan con cursos de supervivencia y de cómo actuar en situaciones de alto riesgo. Esto me ayudó mucho al principio. En estos cursos te enseñan cómo actuar en medio de situaciones violentas. Luego, con el tiempo y la experiencia, aprendes a analizar rápidamente y de forma instintiva el riesgo, y a valorar la propia seguridad.
Cuando empieza el follón procuro elegir un lugar seguro desde donde poder observar y hacer mi trabajo. Intento concentrarme en el trabajo y que ningún pensamiento me distraiga.
Desde la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP) se ha afirmado que los corresponsales en zonas de conflicto sois «carne de cañón». ¿Con qué apoyos cuentan los fotógrafos que desarrollan su trabajo en zonas en conflicto?
Yo tengo la suerte de trabajar para una gran empresa que nos provee con las mejores medidas de seguridad. Coches blindados, chalecos antibalas y casco, cursos de formación para reaccionar en las peores situaciones y personal local en quien poder confiar para hacer nuestro trabajo. Hay veces que nada de esto es suficiente. Por eso siguen y seguirán cayendo periodistas en las zonas de conflicto. Así ha ocurrido durante toda la historia del periodismo.
¿Cómo te ves a ti mismo tras el atentado del que fuiste víctima? ¿Realmente eras consciente del peligro al que te exponías al hacer tu trabajo?
Sí, siempre tuve presente que podría ocurrir un accidente durante mi trabajo, llámese un accidente de tráfico o doméstico o profesional. Conducir un coche es también muy peligroso y todos sabemos las cifras de muertos al volante, pero no por eso la gente deja de conducir. Después del atentado, me siento en un proceso de cambio, y aunque aún no sé hacia dónde se orientará, imagino que recuperaré la actividad que tenía antes del accidente.
Dada tu experiencia como fotoperiodista en la Franja de Gaza y Jerusalén, resulta casi inevitable preguntarte por el lamentable incidente que protagonizó el ejército israelí contra la flota humanitaria Navis Marmara hace algunas semanas. El pueblo judío lleva el estigma del desarraigo y el exterminio gravado a fuego. ¿Qué ha tenido que pasar para que la víctima se haya convertido en verdugo?
Desde mi punto de vista, el ejercito israelí, al igual que gran parte de la población israelí, se encuentran, producto de su propia paranoia, totalmente aterrorizados, y dejaron hace tiempo de confiar en su propia eficacia. Dicen que no hay peor mezcla que el miedo y las armas.
Crees que la crudeza con la que a veces se tratan los temas de actualidad en zonas en conflicto nos anestesia, o por el contrario nos confronta con una crueldad que a veces preferimos ignorar?
Si contando lo que sucede en el mundo, ya sea desde el frente o a mil kilómetros de distancia, estamos aburriendo o anestesiando a nuestros lectores, entonces es que hay algo que los periodistas estamos haciendo mal. Creo que hay muchas maneras de contar el conflicto, lo importante es saber cómo llegar y cómo contar aquello que estamos viendo. Éste es reto: contar historias sin caer en la crueldad innecesaria, en los tópicos o en el tedio absoluto.
¿Cómo has conseguido compaginar tu vida de pareja con tu profesión?
Teniendo la suerte de haberme casado con una mujer que también es fotoperiodista y que ama la profesión.
Recuerdo que cuando visité tu exposición «Violencia de género en Afganistán», en el CAF de Almería, antes de entrar me advirtieron amablemente de la crudeza de las fotos que se mostraban. Es un trabajo muy distinto al resto de tus fotografías; son imágenes pactadas previamente, retratos de una gran crudeza, ciertamente, pero de los que emana una fuerza de convicción y una dignidad inmensas. ¿Cómo lo sacaste adelante?
Soy súper malo haciendo retratos. No sé usar iluminación artificial ni trabajar en un estudio. Jamás llevo el flash en la bolsa y nunca en mi vida usé un trípode. Lo último que imaginé es que un día alguien premiaría un retrato hecho por mí. El mérito de un retrato es de la persona que posa. El mérito del fotógrafo es acceder a esa persona y hacer que ésta pose.
Las mujeres que habían sufrido estas agresiones tan brutales eran prácticamente inaccesibles y fue un gran reto llegar a ellas y poder contar sus historias. La mayoría de los retratos fueron improvisados, esperando el momento justo para levantar la cámara y realizar un par de secuencias, retratos horizontales para un rápido y fácil encuadre centrado, buscando ese momento paradójicamente inexpresivo.
Hablando precisamente de este trabajo, ¿qué relevancia crees que pueden tener los formatos expositivos como plataforma para la difusión de reportajes fotoperiodísticos de denuncia?
Mi objetivo es ver la foto en los periódicos, pero reconozco que la difusión de «Violencia de género en Pakistán» ha sido extraordinaria. Creo que jamás se me pasó por la cabeza que una de mis historias conseguiría un efecto mediático tan relevante.
A pesar de ser un fotógrafo muy respetado y querido, parece que no te preocupas demasiado por tu imagen pública. En tu página web, sin ir más lejos, cuelga un perenne «Página temporalmente fuera de servicio».
Me conformo con «sites» como Yahoo!, que muestran cada día las fotos que envío al cable [la galería de fotos que la agencia ofrece a sus clientes]. ¿Qué mejor web que aquélla donde se puedan ver las últimas fotos que uno hace? Se dice que a un fotógrafo se le valora por lo último que ha hecho.
Fuiste víctima de un atentado el pasado mes de agosto en Afganistán. ¿Ha cambiado esto tu forma de entender el trabajo y el papel que ejercéis los fotoperiodistas en zonas en conflicto?
No, para nada. Sigo con las miras puestas en hacer lo que hacía antes del accidente.
¿Cuál es tu objetivo más inmediato?
Sentirme físicamente a tono para poder responder en cualquier situación que requiera mi trabajo.
El suyo ha sido un camino de fe y perseverancia en su trabajo. Un camino lleno de dificultades, pero también de reconocimientos y muestras de cariño por parte de sus compañeros de profesión y del público en general. Emilio Morenatti destila humildad y talento en la corta conversación que mantenemos con él. Dos cualidades que son sólo la punta del iceberg de la calidad personal y profesional de este fotoperiodista jerezano -aunque nacido en Zaragoza-, totalmente entregado a su trabajo y a la defensa de unos valores éticos en el ejercicio del periodismo. Por Núria Gras.
Durante dos décadas, Frida Hartz ha visto con admiración, a través de la lente de su cámara, a las mujeres indígenas.
Por eso ha buscado que el mundo mire y contemple sus vidas, que sepa de sus condiciones, casi siempre adversas, en la vida contemporánea de México. Por eso expuso en España su muestra fotográfica sobre mujeres indígenas chiapanecas, que han estado más involucradas en movimientos sociales desde el año de 1994.
Su exposición Paisajes mexicanos y Pueblo Indígena Maya, inaugurada el pasado 16 de octubre en la Casa de la Mujer, dentro de las Jornadas «México Rebelde» en Ermua, fue admirada por decenas de mujeres que vieron a las mujeres zapatistas en lucha por sus derechos.
Las 20 imágenes presentadas, dijo Frida a Cimacnoticias, expresan “todo lo que implica ser mujer chiapaneca”.
“Si bien hay imágenes de 15 años atrás, muchas de ellas son vigentes aún. Todo lo que la mujer chiapaneca e indígena en general ha enfrentado durante su existencia, se sigue dando y mostrarlo en otras latitudes.”.
“Es importante que llegue el mensaje de la situación que se vive, de las condiciones de vida, la cultura y lo que las mujeres chiapanecas hacen para seguir sobrellevando su situación, así como su participación política y social dentro de los movimientos.”
FRIDA, VIDA Y RAZÓN
La trayectoria de Frida Hartz como fotógrafa tiene más de 20 años, 17 de ellos como reportera gráfica y ahora como trabajadora independiente. Además, fue la primera mujer jefa de fotografía del periódico La Jornada, en 1988.
“Mis temas fotográficos, aparte de la cuestión documental de corte social, han sido retratar las condiciones de vida de las mujeres del campo, de la ciudad, las trabajadoras, las amas de casa, la violencia, la inequidad y todo lo que tiene que ver con este sector de la sociedad que representa un mayor porcentaje de la sociedad mexicana”.
En esta sociedad, continúa, “las mujeres realizamos labores que no se ven muchas veces, que no resaltan, que no están presentes en los círculos de poder político, económico, social y cultural y yo he tratado de reflejar con mis imágenes los contrastes, el crecimiento de las injusticias, la vida cotidiana y la vida social de las
mujeres”.
Para Frida, la fotografía contribuye a que las mujeres transformen esta sociedad “que no solamente es nuestra, es una tarea conjunta entre mujeres y hombres, pero a nosotras nos toca seguir batallando para mostrar otros rostros, otras formas de relacionarnos como seres humanos y lo que yo he tratado de hacer con la foto es contribuir un poco a la transformación de la sociedad en torno a los derechos de las mujeres”.
Una cámara Cannon semiprofesional fue la que inicialmente ayudó a Frida en su recorrido para plasmar a las mujeres en imágenes, aunque cuando era estudiante utilizó una Instamatic, recuerda.
Sin embargo, el creciente avance de la tecnología la ha obligado a estar a la vanguardia, dice, por lo que ahora utiliza una cámara digital con todas las funciones aumentadas y corregidas.
Y aunque realiza fotografías a color y en blanco y negro, “según la situación y mi estado de ánimo”, ella prefiere el blanco y negro porque “me llenan más las imágenes así”, pero asegura que no está limitada.
El interés por la fotografía surgió para Frida “desde que soy pequeña”. No obstante, fue cuando comenzó a revisar su propia situación como mujer, y la que vivimos las mujeres cotidianamente, cuando decidió que quería reflejar los rostros femeninos.
En ese sentido, Frida señala que lo que más le ha impactado en su búsqueda de imágenes es la participación de la mujer en todos lo ámbitos, su funcionamiento como seres humanos, “lo incansable y participativa que puede ser y la responsabilidad que lleva desde criar a los hijos, educarlos, ser muchas veces jefas de familia y reflejar las luchas sociales que realiza”.
A pesar de esas luchas, continúa Hartz, a las mujeres “todavía les quedan energías para seguir reivindicándose y emancipándose”.
Por ello, “lo que más me ha movido son las mujeres indígenas, porque ellas son las más marginadas dentro de las marginadas y aún así luchan para salir, denunciar y tratar de cambiar sus circunstancia. Eso es lo que me ha llevado a seguir documentando algo que, además, me ha formado en mi condición de mujer”.
Por Hypatia Velasco Ramírez
La Guerra Civil española consagró el fotorreporterismo como género artístico. Aquí vinieron enviados especiales de las revistas más importantes del mundo (Life, Vu) yfreelances que, en general, pusieron su cámara al servicio de la causa republicana. La exposición This is War! Robert Capa. Gerda Taro, que se estrenó hace casi dos años en la Barbican Gallery de Londres, llega ahora al Círculo de Bellas Artes dispuesta a convertirse en una de las muestras estrella del potente verano artístico madrileño. Son 160 fotografías, algunas inéditas, en las que el tema central es la guerra y, aunque predomine lo ocurrido en España, la II Guerra Mundial o el conflicto entre China y Japón también están presentes. La obra de Robert Capa (1913-1954) ocupa la parte central, mientras que la de su mujer Gerda Taro (1910-1937), un trabajo nunca suficientemente reconocido, completa el relato.
El famoso Soldado caído, el miliciano muerto en Cerro Muriano, en el frente de Córdoba, centrará la atención de muchos de los visitantes. No solo por su fuerza y belleza, sino porque se trata también de unos de los trabajos más polémicos de Capa, ya que hay versiones que apuntan a que se trata de un posado y no de una muerte capturada por la cámara espontáneamente. Para que el espectador se forme una opinión propia, la obra se expone dentro de toda la secuencia completa: 40 imágenes. Esta reconstrucción cronológica, como otras muchas incluidas en la exposición, ha sido posible gracias al material hallado en la famosa maleta mexicana, localizada en 1995 con los legendarios negativos de Capa, David Seymour y Gerda Taro.
Las comisarias de la exposición, Cynthia Young y Kristen Lubben han querido destacar la historia personal entre ambos reporteros, su colaboración conjunta (firmaron muchos trabajos con los apellidos de ambos) y conseguir que se reconozcan las aportaciones personales de Taro. De hecho, parece cierto que algunos reportajes firmados por Capa eran obra de Taro. Y así se hizo por acuerdo de los dos ya que ambos sabían que las revistas internacionales se disputaban los trabajos de Capa cuando ella era una desconocida a la que le hubiera costado mucho más colocar su trabajo en el mercado.
Robert Capa era de origen húngaro y Gerda Taro, alemana. Se conocieron en París y congeniaron por sus convicciones radicalmente izquierdistas y su militancia antifascista. Su primer viaje a España se produjo en 1936 y pudieron trabajar sin problemas en el frente republicano.
Capa capturó el coraje de los soldados en plena batalla y los rostros de tristeza de quienes se quedaban en la retaguardia. Conocedor de la forma en que los constructivistas rusos trabajaban con la propaganda, en sus imágenes no faltan primeros planos en los que la heroicidad se mezcla con la desesperación.
Taro se centra más en el mundo de las mujeres y de los niños. De ella son las columnas de quienes buscan un refugio con las cabezas cargadas de cestos de mimbre. En Valencia, en 1937, se adentró en los refugios, tanatorios y hospitales. Su último trabajo fue en Brunete. Allí falleció aplastada por un tanque.
¡Esto es la guerra! Robert Capa / Gerda Taro.
¡Esto es la guerra! Robert Capa / Gerda Taro. Círculo de Bellas Artes: calle de Alcalá, 42, Madrid. Hasta el 5 de septiembre. De martes a sábados de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 21:00 domingos y festivos de 11:00 a 14:00 lunes cerrado.
«Y esto me hace pensar en cómo va el mundo de la fotografía. España ha dado un sólo ganador de la Foto del Año en el World Press Photo, si se me permite la analogía. Manuel Pérez Barriopedro fue, en 1981, el ganador de este gran reconocimiento, con la foto del infausto Tejero protagonizando el epílogo de un mal sueño que había acabado unos años antes.»
«A los fotógrafos espero que les pase lo mismo. Masats no está en Magnum porque su generación estuvo al margen del mundo. García Rodero está casi como compensación obligatoria, aunque haya bastantes más fotógrafos españoles que lo merezcan. Los que hoy están empezando puede que entren en Magnum, o puede que les importe un cuerno. Lo importante es que fotografíen más allá de sus fronteras y que se midan con el resto del mundo y no sólo con sus vecinos. Pueden y creo que deben.»
Un articulo muy acertado, muy de actualidad. Gracias Spottorno.